Cambia las cuerdas frecuentemente
Es probable que lo hayas escuchado mucho, pero queremos hace hincapié porque muchos guitarristas hacen caso omiso de esta norma. Depende, claro está, de la cuánto tocas y cómo; pero un indicador claro es cuando empiezas a notar que algo falla en el sonido de tu guitarra. Es entonces cuando debes cambiarlas. Si tocas frecuentemente, te aconsejamos cambiarlas cada cierto tiempo (sobre un mes y medio por ejemplo).
Limpia la cejuela y el diapasón
En la cejuela suele acumularse bastante suciedad, y esto hace que la cuerda no se deslice correctamente y al final acabará causando problemas de afinación. Aprovecha para limpiarla cuando cambies tus cuerdas. Además te vendrá bien utilizar algún lubricante.
El diapasón también requiere de cuidados: elimina la suciedad acumulada en los trastes, limpia la madera y, al menos una o dos veces al año (o cuando la notes muy seca), usa aceite de limón para hidratarlo.
Limpia después de tocar
Siempre, absolutamente siempre, limpia la guitarra antes de meterla en su funda. Tiene que ser como una religión para ti: Acabamos el ensayo y me tomo mis minutos para hacerlo. Esto ayudará a eliminar residuos, tanto del lugar donde hayas estado tocando, como los tuyos propios, empezando por el sudor, un estupendo corrosivo a medio plazo.
Limpia el cuerpo
Empléate también a fondo con el cuerpo y la parte trasera del mástil. De esta manera podrás fardar de guitarra durante muchos años. Usa un limpiador de los muchos que hay en el mercado. Si quieres aplicarte más, dispones de Kits completos de limpieza con los que tendrás varias opciones.
Seguridad
No es en absoluto mala idea instalar unos anclajes de seguridad para colgarte tu guitarra. O, al menos, usar correas de buena calidad. No lo veas como un gasto, sino como una inversión. De este modo, evitarás caídas fortuitas al agacharte, o al realizar ese movimiento bombástico e inimitable sobre el escenario que tanto te ha costado entrenar. ¡No te la juegues!
Protégela de temperaturas extremas
Son instrumentos de madera, y la madera responde a los cambios en las condiciones atmosféricas. El calor hace que se expanda. La humedad también hay que vigilarla y deberíamos mantenerla en entornos ni excesivamente secos ni tremendamente húmedos. Tampoco debemos someterla a cambios bruscos de temperatura: deja unos 10 minutos antes de sacar tu instrumento de su funda cuando pases de una estancia a otra con condiciones ambientales muy diferentes.
Revisa la electrónica
Si tienes ciertas nociones de electrónica y eres manitas, revisa todas las partes metálicas, límpialas, sustituye aquéllas en las que pueda haber aparecido óxido, y comprueba que todo está firmemente atornillado: las clavijas de afinación, la entrada del jack, etc. Ya de paso, emplea un limpiador de contactos sobre todos los puntos de conexión eléctrica, especialmente los potes de volumen y tono o el switch. Evitarás ruidos no deseados debidos al polvo acumulado.
Evita los cinturones
Puede quedar muy rockero, pero los cinturones son los culpables de muchas de las marcas en las partes traseras de nuestras guitarras. De este modo evitarás las clásicas marcas y ralladuras en la espalda del instrumento ocasionadas impepinablemente por este complemento indispensable del buen rockero.
Visita al lutier de vez en cuando
Independientemente de lo mañoso que seas, y muy especialmente si no lo eres nada, lleva tu guitarra a una revisión periódica con tu luthier de confianza cada medio año, por ejemplo. La guitarra, al igual que tu coche, necesita de un mantenimiento cada cierto tiempo.
Tócala mucho
Este es el consejo más valioso. De nada sirve todo lo anterior si no practicas muchas horas con tu guitarra. De hecho, todo lo anterior es el camino previo para que toques y toques. Por tanto todo lo demás sobra. ¡¡Rock and Roll!!