1. Calienta tus manos
Cuando tocamos las guitarras, nuestras manos se colocan en una posición diferente a la que no están acostumbradas.
Por ello, para tocar mejor y conseguir realizar ciertos ejercicios de guitarra, lo mejor es que calentemos adecuadamente.
Como antes de cualquier otro ejercicio físico, el objetivo no es hacerse daño (aunque con la guitarra no nos arriesgamos a rompernos nada), sino relajar los músculos y ponerlos a punto.
Empieza por calendar el cuello y los hombres para no tensarte mientras tocas la guitarra. A continuación, calienta los brazos, las manos, los dedos, los codos y las muñecas con movimientos circulares. También puedes estirarte extendiendo un brazo hacia delante y tirando de la mano hacia atrás.
Presta atención y mantén la espalda recta mientras tocas
Un calentamiento previo de 5 minutos te vendrá de perlas para relajar la musculatura y tocar de manera cómoda.
Si quieres centrar tu calentamiento en los dedos, te recomendamos que hagas ejercicios específicos para relajarlos y mejorar su flexibilidad. Para ello puedes probar a repetir ciertas notas o acordes de una manera cada vez más rápida.
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2. Utiliza el metrónomo
Hasta el acorde más bonito no vale nada si se toca a destiempo, del mismo modo que la melodía más sencilla puede ser preciosa si mantiene el tempo adecuado.
Tocar siguiendo el ritmo es lo primero que debes conseguir hacer. Antes incluso de aprender acordes o técnicas.
Sabemos que tocar con un metrónomo que marca los tiempos constantemente puede resultar agotador, pero si te cuesta a veces seguir el ritmo, es imprescindible.
Hacer repeticiones con el metrónomo es un ejercicio magnífico. Al principio es probable que te cueste, pero a base de práctica te resultará cada vez más natural.
El objetivo es que acabes activando tu metrónomo interno y llegue un punto en el que no te haga falta tener uno al lado. Escucharás un «tic» constante en tu cerebro que te irá marcando el ritmo.
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3. Aprender a tocar la guitarra despacio
Para tocar con el metrónomo, lo mejor que puedes hacer es empezar despacito. Puedes ajustar el tempo al ritmo que quieras.
Pero para avanzar, tendrás que destripar por completo cada movimiento, cada postura de manos y dedos para que cada vez sean más fáciles de reproducir.
No podrás tocar rápido si todavía no has conseguido tocar despacio. Primero tienes que dejar que tu cerebro registre cada movimiento para que sea capaz de repetirlo adecuadamente con una velocidad cada vez mayor.
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Aprender a tocar rápido desde el principio no te hará progresar antes. Más bien todo lo contrario, tus melodías se acabarán convirtiendo en un borrón y te resultará muy complicado corregir tus malos hábitos.
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4. Asociar, memorizar y entender los acordes para tocar mejor la guitarra
Los acordes son esenciales a la hora de tocar la guitarra.
Si quieres mejorar, tendrás que asimilarlos leyéndolos en partituras o tablaturas con notaciones inglesas.
Te recomendamos que dediques 10 minutos todos los días a memorizar unos pocos cada día. Y no te olvides de repasarlos de vez en cuando para que no se te olviden.
También debes entender bien los intervalos: segunda, tercera, cuarta, quinta…
Por último, recuerda que también debes practicar las escalas y repasar los acordes para mejorar tu capacidad para improvisar y componer.
